El río nace en el Alto
aguacatal, a 1.800 metros sobre el nivel del mar, en los límites de los
municipios Dagua, La Cumbre, Yumbo y Cali.De acuerdo con expertos, en su
nacimiento existe un ecosistema que no ha sido tan afectado por la mano del
hombre. Todavía prevalecen, por los lados de La Elvira, algunos paisajes en
medio de un clima templado.Su recorrido termina al unirse
a las aguas del río Cali, a la altura del barrio Terrón Colorado. Sin embargo,
cuando el Aguacatal sigue avanzando más cerca a la zona urbana caleña, ya ha
recibido descargas de aguas residuales de casas construidas muy cerca de su
cauce, a lo largo de ese descenso que evidencia señales de contaminación y en
algunas zona de tala indiscriminada.Autoridades ambientales
advierten que las quebradas son las primeras en recibir estas aguas negras,
además de filtraciones provenientes de pozos sépticos de viviendas aledañas que
se encuentran colmatados. A este panorama, se suma el funcionamiento irregular
de algunas minas de carbón.De acuerdo con expertos, la
cuenca del Aguacatal se ubica al noroccidente de Cali, cubriendo una superficie
de 6.179 hectáreas.El cauce es alimentado por las
quebradas de la orilla derecha La María, Aguaclara, San Miguel, Argelia, San
Pablo, El Saladito y San Pablo. En la margen izquierda, llegan las quebradas El
Verdel Ocampo, La Florida, La Castilla, La Gorgona y El Chocho.Es por eso que el Dagma
mantiene la consigna de seguir avanzando en el proyecto de recuperación de los
siete ríos de Cali, con una inversión de unos 2 mil millones de pesos con la
Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) para salvar una de las
fuentes invaluables que alimentan la vida en la capital vallecaucana.Por tal razón, la entidad
invita a la población a no continuar con la contaminación, a tomar conciencia y
a velar por el Aguacatal para que se pueda recuperar como uno de los
principales ‘pulmones’ caleños.
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